Eres pequeño, y no te da miedo nada. Te llaman el rey de las atracciones y no hay montaña rusa que se te resista. Eres capaz de montarte una y mil veces, y jamás pasa por tu mente la palabra miedo.
Hasta que un día, sin darte cuenta, te asomas desde el balcón de un amigo y sientes un repentino mareo. No sabés cómo ha pasado, pero todo estaba quieto y sin embargo tú te movías hacia el vacío. Te dices a ti misma que algo te habrá sentado mal. Quizá ha sido que esa noche no has dormido bien del todo. Hasta que otro día estás de vacaciones en París, y tienes que subir sí o sí a la Torre Eiffel. Sin embaro, en cuanto pones un pie en aquella terraza sientes que algo va mal. Una fuerza que viene de ninguna parte hace que tengas que agarrarte a algo, cuanto más bajo mejor. Y por supuesto, eres incapaz de asomarte a ese balcón.
¿Qué ha pasado? Sólo sabes que a partir de entonces tendrás que perderte muchas aventuras y destinos que esta vida te ofrece. Tendrás que decir «no puedo, tengo vértigo» ante esa montaña rusa que tanto te gustaba de pequeña.
Lo que te pasa es muy normal, ya que le ocurre al 80% de la población.
Al parecer, el vértigo que surje ante las alturas se produce por «una falta de compensación de los reflejos que coordinan la posición del cuerpo y el equilibrio». Y esa descompensación se crea sobre todo por un alto nivel de nerviosismo o ansiedad, sobre todo en personas muy nerviosas o personas perfeccionistas que quieren tener el control al 100%.
Especialistas de la Sociedad Española de Medicina Interna explican que el vértigo o acrofobia suele aparecer entre los «30 y 50 años de vida», y que aunque no tienen un perfil en concreto «es mucho más común entre mujeres». La razón, según explican, es que «ellas tienen más transtornos de ansiedad que ellos». Asimismo, «tienen un sistema hormonal que favorece que puedan mantener la atención en varias cosas a la vez”.
¿SE PUEDE CURAR?
El vértigo a las alturas no tiene ningún tratamiento porque «no existe». Es decir, la frase de «está todo en tu mente», en este caso, es real. Es tu ansiedad, tus nervios y tu miedo a no tener el control todo el que está creando esa sensación de caída y movimento cuando en realidad todo está quieto.
Por ello, cuando estás completamente agarrado, y te sientes seguro como puede ser en Tirolina Valle de Tena, la sensación de vértigo desaparece. Es a mitad de recorrido cuando te das cuenta de que la sen
Los especialistas recomiendan el único de los tratamientos: Tranqulizarse y confiar. Y para ello, existen tres técnicas:
COGNITIVAS: Consigue toda la información posible acerca de la actividad que vas a realizar y deja de darle importancia a tus pensamientos negativos
RELAJACIÓN: Aprende a controlar tu ansiedad y tus nervios
CONDUCTA: No evites las alturas. Acércate a ellas, exponte cuantas más veces mejor.