Ya sea para conocer sus valles en otoño, atravesar sus desafiantes pistas de esquí en invierno o pasear en primavera y verano, Jaca y el Pirineo oscense es un destino perfecto para una escapada. Con sus bosques profundos, su romanticismo por doquier y sus hayedos de ensueño, muchos de los pueblos cercanos a Jaca estan tan aislados como encantadores. Con esta ruta por los pueblos más bonitos cercanos a Jaca, podrás descubrir toda la belleza que ofrece esta remota región de España. Aquí tiene una lista de los pueblos más bonitos:
Berdún
En la meseta de una colina y visible desde cualquier punto de sus alrededores, Berdún es el punto de partida. Zonas de césped, árboles pequeños y rocas se mezclan con su entorno ofreciendo una impresionante vista panorámica. Dentro del pueblo, destacan la iglesia de Santa Eulalia y la Casa Lacadena. En el lugar donde se encuentra este último, se construyó el castillo medieval.
Ansó
Esta ciudad, que es un punto de referencia en las afueras de los valles occidentales, es famosa por su papel en el Tributo a las Tres Vacas. Este tratado es el más antiguo de Europa y consiste en la entrega de un triple de ganado de los habitantes del valle francés de Baretous a los del Roncal, principalmente a Isaba. Ansó tuvo el papel de árbitro y fue él quien decidió que esa sería la compensación por el uso de los pastos.
La cultura local sobrevive con fuerza en Ansó. Es el principal centro del idioma ansotano, una variante del aragonés. También tienen curiosos trajes regionales que han llamado la atención de intelectuales como Pérez Galdós. Cabe destacar la presencia de osos en la zona. Estos y otros elementos pueden descubrirse en un centro de interpretación.
Hecho
Al igual que en el caso de Ansó, hay elementos culturales llamativos que se pueden apreciar. Por ejemplo, el chaso, un dialecto aragonés y el estilo con el que se denominan sus trajes típicos. También cuenta con un curioso museo de esculturas al aire libre. Sus casas tienen elementos populares como los espantapájaros de brujas que coronan sus chimeneas. Los megalitos de la zona son los protagonistas de un pequeño museo situado a menos de diez kilómetros del pueblo. Sin embargo, lo que más destaca en su entorno es el monasterio aragonés de San Pedro de Siresa. Sus orígenes se remontan al siglo IX y está estrechamente ligado a la historia de Aragón, ya que es el edificio donde estudió Alfonso I el Conquistador.
Santa Cruz de la Serós
Santa Cruz de la Serós cuenta con un ambiente típico y tranquilo, así como con la hermosa iglesia románica de Santa María, pero no es sólo por eso por lo que destaca. Su gran atractivo le espera en las cercanías, tras un atractivo recorrido de ocho kilómetros. Es el monasterio de San Juan de la Peña. Varios reyes de Aragón están enterrados en uno de los panteones más famosos de España.
Tiene dos complejos, uno del siglo XI-XII y otro del siglo XVII, que completó el primero tras un incendio. Su ubicación, bajo una enorme roca, es una de las imágenes más impresionantes de esta ruta por los pueblos más bellos del Pirineo aragonés. Una buena idea es almorzar en Santa Cruz de la Serós y visitar después el monasterio a primera hora de la tarde.
Canfranc
La estación de Canfranc, sin conexiones internacionales, es una de las más bellas de España. Este gran monumento modernista es lo más destacado de la ciudad fronteriza de Huesca. También merece la pena detenerse en la ciudad, que cuenta con varios elementos medievales interesantes.
Biescas
El río Gállego, que atraviesa el valle desde el norte, es el principal río de la ciudad. Su condición de fortaleza se aprecia en sus casas, muchas de las cuales tienen un carácter claramente defensivo. Cerca de la ciudad se encuentra el fuerte de Santa Elena, que data de la época de Felipe II. La iglesia de San Salvador, de principios del siglo XIII, es el templo más destacado de Biescas, junto a la iglesia de Santa Elena. A cinco kilómetros del centro, en los alrededores, hay restos romanos y megalíticos.
Torla
Apenas quedan restos del antiguo castillo. Esto se debe a los diversos saqueos causados por los franceses, ya que era una de las puertas de entrada al país por Huesca, junto a Jaca. Donde estaba la fortaleza de Huesca, ahora hay una iglesia, la de San Salvador. Su estampa es lo más característico del lugar. Su aspecto actual se debe a las reformas del siglo XVI.
Aínsa
Era una de las principales ciudades de la comarca de Sobrarbe. El correspondiente condado medieval fue una de las regiones fundadoras del Reino de Aragón e inspiró algunos de los símbolos asociados a su corona. Aunque su capital histórica es Boltaña, a menos de diez minutos, el mayor centro de actividad está actualmente en Aínsa. Su castillo es el elemento patrimonial más destacado. La iglesia de Santa María y varias casas son también muy interesantes. Sin embargo, el aspecto general del pueblo, pétreo y ocre, es lo que hace que el lugar sea extraordinario. Al sur espera el magnífico embalse de Mediano, que se tragó un pueblo cuando se construyó.